martes, 8 de agosto de 2017

Discernimiento Espiritual.







“Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento; sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de sed”. Isaías 5:13
El texto con el que iniciamos este tema nos deja ver la necesidad de poseer discernimiento espiritual para la vida diaria. Dios claramente revela que la razón por la que Él está a punto de enviar a Su pueblo al cautiverio es la falta de discernimiento. Esta enseñanza es enfatizada en Isaías 27:11 : “Porque no es pueblo de discernimiento, por tanto su Hacedor no le tendrá compasión, y su Creador no tendrá piedad de él”. Sin la capacidad de discernir no podemos caminar sabiamente en obediencia a los mandatos de Dios.
Pablo en el Nuevo Testamento reconoce esta necesidad, y al escribir a los Filipenses les dice: “Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento…”, (Fil. 1:9). Pablo está pidiendo no solamente porque el amor y el conocimiento abunden en medio de ellos, sino que abunde también todo tipo de discernimiento; discernimiento para todo tipo de circunstancias. Su oración es para que una de las bendiciones que Dios le otorgue a la Iglesia de Filipos es precisamente la habilidad de discernir en medio de las circunstancias en la que ellos pudieran encontrarse.
Dado el valor que Dios le otorga a este don y/o fruto del Espíritu, tenemos que preguntarnos, ¿qué es ese discernimiento?, ¿cómo se adquiere?, ¿cómo se cultiva?, y preguntarnos si lo tenemos o no.

 Una de las definiciones más sencillas que pudiéramos dar es que el discernimiento es la habilidad para diferenciar la verdad del error. Uno de los diccionarios consultados simplemente dice que el discernimiento es “la habilidad de ver lo que está oscuro”; por lo que alguien con la habilidad de discernir pudiera ver cosas en una circunstancia, o en la lectura de la Biblia, que quizás otros no pudieran ver tan claramente. Nuestra definición del discernimiento espiritual es esta: “es la capacidad dada por el Espíritu Santo de ver la vida a través de la revelación de Dios”.
Uno de los frutos del discernimiento espiritual es la capacidad para caminar con sabiduría y a la vez caminar en integridad de corazón. Sin embargo, es importante mencionar que el tema de discernimiento espiritual es una cualidad desarrollada sólo dentro del pueblo de Dios, puesto que sólo es posible en aquellos en quienes mora el Espíritu Santo (1 Cor. 2:14 ).

En 1 Reyes 3:9 encontramos a Salomón orando de la siguiente manera: “Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande”. Salomón le está pidiendo a Dios que le dé esa capacidad de la que estamos hablando, pero la razón por la que lo pide es para poder diferenciar, a la hora de gobernar, entre el bien y el mal.

Esto que pidió Salomón fue exactamente lo que Adán no supo hacer. Dios representaba el bien, y como tal le hizo una promesa y una prohibición. Satanás, como representante del mal, le “levanta la prohibición” y le hace otra promesa. Adán y Eva necesitaban ejercer discernimiento y juicio para saber qué representaba el bien, lo que Dios había dicho, y qué representaba el mal o la seducción de Satanás. Ciertamente Adán y Eva no sabían que la serpiente representaba a  Satanás, pero ellos no tenían que saberlo, simplemente necesitaban conocer lo que ya conocían y es que Dios ya había hablado y había revelado algo. Ellos no podían abrazar ningún concepto contrario a lo que ya Dios había hablado, porque de esa manera iban a mostrar su falta de discernimiento.

1 Crónicas 12:32 nos dice “De los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes eran doscientos; y todos sus parientes estaban bajo sus órdenes”. Ahora yo tengo, en el contexto de este versículo, que la palabra discernir está también relacionada al conocimiento para saber qué hacer. Antes de hacer, tengo que discernir qué es lo que debo hacer.

Todo esto que hemos dicho acerca de la definición de discernimiento, comenzando con las primeras definiciones del diccionario y terminando con aquellas palabras en los lenguajes originales, nos dejan ver de una mejor manera que discernimiento es una habilidad, es una capacidad que nos permite diferenciar entre el bien y el mal, entre lo falso y lo verdadero. Nos permite también decidir un curso de acción, juzgar a la ahora de tener que pasar un juicio sobre algo o sobre alguien. Todo esto es parte de lo que la palabra de Dios llama discernimiento y que debiera caracterizar a todo cristiano. En el próximo post estaremos hablando de cómo podemos llegar a desarrollar este discernimiento espiritual.

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