jueves, 17 de enero de 2019

El Dominio del Reino de Dios






Daniel 7
 “El reino del Altísimo permanecerá para siempre y todos los gobernantes le servirán y obedecerán.” Daniel 7:27b



Me gustan las películas que tratan de grandes batallas en tiempos antiguos. Me recuerdan pasajes de la Biblia en las que el ejército de los israelitas salía a hacer guerra o a defenderse contra ejércitos enemigos. En más de una ocasión estos ejércitos eran más numerosos y poderosos pero cada vez que los hijos de Dios le obedecieron y creyeron obtuvieron épicas y sobrenaturales victorias. En estas películas suele haber un ejército que tras vencer a su enemigo conquista sus tierras y posesiones para extender su dominio y su reino. Durante la oración conocida popularmente como el “Padre Nuestro” con la que Jesús le enseñó a sus discípulos a orar se menciona la siguiente frase: “Que tu reino venga pronto” o “venga tu reino” (Mateo 6:10 NTV y RVR1960). ¿Qué era lo que Jesús nos estaba invitando a pedirle a nuestro Padre Celestial al orar cada día? Que el Reino Celestial viniera sobre nosotros, que venciera a nuestros pecados que nos tenían cautivos y conquistara cada área de nuestro ser con su amor y su poder. La Biblia enseña en el primer capítulo de la carta a los Colosenses  versículo 13 que nuestro Señor “nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados”. Solamente hay dos posibilidades, dos reinos que pueden dominar tu vida, ¿vives bajo el control del pecado o bajo el amor y libertad de Jesucristo?, ¿cuál de los dos reinos está “viniendo” sobre tu vida y ganando terreno en tu corazón?

El reino del Altísimo
“Yo, Daniel, quedé muy angustiado por todo lo que había visto, y las visiones me aterrorizaron”. El capítulo 7 del libro de Daniel que hemos estado estudiando para conocer el corazón de Dios relata una visión sobrenatural que tuvo el profeta y que tiene simbolismos y significados que requerirían un par de libros para explicarse a detalle y aún al final encontraríamos porciones de este sueño de las que no estaríamos completamente seguros de su correcta interpretación. ¿Por qué puso estos pasajes Dios en la Biblia? Siendo Él inmensamente más sabio que nosotros decidió compartir parte de su conocimiento con nosotros para que supiéramos que hay un mundo espiritual más real de lo que a veces entendemos y para que nos quedara claro también que por encima de todo espíritu, gobierno y poder siempre está Él pues nada se sale de su control ni está fuera de su dominio. La vida cristiana es un proceso gradual a través del cual se nos revela más del corazón y la sabiduría de Dios conforme más pasamos tiempo con Él. Pasajes como este más que asustarnos o confundirnos deberían retarnos a seguir en nuestro caminar de fe para un día llegar a entender las profundidades de su conocimiento y sus planes que tiene para el futuro. El mismo Daniel que ya había pasado por experiencias sobrenaturales con el poder de Dios confesó al terminar su sueño que estaba ¡angustiado y aterrorizado por las visiones! Pero de esta lectura de hoy así como de cada porción de la Palabra siempre podemos descubrir un poco del corazón de nuestro Señor detrás de cada letra y tilde. En el pasaje de hoy encontramos la evidencia de la existencia de un reino espiritual maligno en el cual se mueven poderes espirituales que quieren dominarnos y alejarnos de nuestro Salvador, pero también está la evidencia de que “se dará al pueblo santo del Altísimo la soberanía, el poder y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo. El reino del Altísimo permanecerá para siempre y todos los gobernantes le servirán y obedecerán”.

Sólo con Dios lograremos la victoria
“Hacía guerra contra el pueblo santo de Dios y lo vencía, hasta que vino el Anciano – el Altísimo- y emitió un juicio en favor de su pueblo santo. Entonces llegó el tiempo para que los santos tomaran posesión del reino”. La vida cristiana inicia cuando en tu corazón crees que Dios existe y como resultado de esta creencia haces una oración con la cual le pides a Jesús que venga a vivir a tu corazón, tome el control de tu vida, sea tu Salvador y te llene de su Espíritu Santo para vencer todo pecado y vivir así como le agrada. Hasta antes de ese momento podías creer que existía un Dios en algún lado pero al no entregarle el control de tu vida ni vivir para agradarle tu vida era dirigida y controlada por algo o alguien más. La mayoría de las personas se acercan al Señor cuando ya intentaron todo lo que se les ocurrió y nada los pudo hacer libres de sus malos hábitos o adicciones, nada pudo sanar las heridas de su corazón ni lavar las vergüenzas de sus malas decisiones o experiencias del pasado, cuando ya todo parece perdido y se acaba la esperanza. Esta condición es exactamente a lo que el capítulo 6 de la carta a los Romanos se refiere cuando menciona que: “la paga que deja el pecado es la muerte”, pero ¡ahí no termina el mensaje! Sigue diciendo que: “el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús”,  ese mismo Jesús que leímos en el primer capítulo de Colosenses que compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados, el hijo del Dios Altísimo quien cuando está presente hace posible que los santos tomen posesión del reino de las tinieblas para recuperar lo que el enemigo les robó y para vivir libres de todo pecado, atadura y herida del pasado. ¡Escoge hoy vivir bajo el reino de Jesucristo!

 “Son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa”.  (1ª Pedro 2:9) Todo poder, reino y gobierno humano o espiritual están bajo el dominio y control de nuestro Creador y Rey del Universo, ¡nadie se puede oponer a su voluntad! Nuestro Dios no es intimidado por nadie, no pierde batallas, ni se olvida de nosotros. Él nos está llamando a salir de nuestro pecado, a cerrar toda puerta en nuestra mente y corazón que le hemos abierto al pecado y al reino de la maldad, quiere que entremos en la luz de su Palabra, que vivamos en sus mandamientos, que seamos libres de nuestros pecados y disfrutemos la paz que únicamente encontramos en una relación personal y correcta con Jesucristo su hijo. ¿Qué reino estás permitiendo que domine tu cuerpo, tus sueños, tu corazón y aún tus finanzas y decisiones personales? La única alternativa ante una vida de esclavitud del pecado es exponernos cada día a la verdad de la Biblia y pasar tiempo de rodillas pidiéndole a nuestro Señor que nos dé la fe, el coraje y el valor para vivir en santidad agradándolo en todo lo que hacemos. Somos posesión exclusiva de Dios, ¡vivamos como tal! Que todo lo que somos y tenemos le pertenezca únicamente a nuestro Salvador, que sea su luz la que avanza día a día en nuestro corazón y las tinieblas las que ceden y se rinden ante el avance del reino de nuestro Señor en nuestras vidas.

 1. Si el Espíritu Santo te ha mostrado áreas de tu vida que no están siendo gobernadas por el reino de la santidad y la libertad de Jesús ponte a cuentas con Dios, pídele perdón por dejar entrar el pecado en tu vida y ciérrale la puerta. Haz planes para cortar con toda fuente de pecado que alimenta las tentaciones que te han estado venciendo y haz planes también para pasar tiempo llenándote con la verdad de la Palabra, ¡ahí encontrarás el poder para vivir en el Reino de Dios!

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