jueves, 24 de agosto de 2017

El Miedo






Sentir un poco de adrenalina, nervios, miedo o temor por situaciones nuevas, personas desconocidas, por una respuesta, una propuesta nueva, un ambiente que nos toca enfrentar, una enfermedad, podríamos decir que es normal, pero que sucede cuando el miedo se apodera de nosotras y no nos deja movernos, ni hacer todo aquello que nos encantaría realizar, no nos deja hablar con quien debemos o queremos, hasta llegar al grado de encerrarnos dentro de nosotras mismas por miedo a todo lo que se nos posa enfrente.

¡Esto es terrible! Y no me lo conto una amiga, lo viví en carne propia. Vivir con miedo todo el tiempo, no es vivir, es un engaño donde creemos que estamos con vida, pero realmente nuestra mente alma y cuerpo están cautivas, aterradas y agonizando hasta por sentir el aire que se respira, intentando ser libres cada segundo de dicha esclavitud y creyendo que en la próxima situación o el próximo día todo va a estar bien, pero cada vez es peor, hasta que el miedo sigue creciendo sin control, llegando al punto que se transforma y empieza a convertirse en pánico...

Se dice que para las mujeres que padecen trastorno de la tiroides esto es normal, como es mi caso, y podría decirles que si, realmente la revolución o desestabilización de las hormonas hace que nuestro sistema nervioso este más alterado y el miedo puede ser un poco mas fuerte ante un peligro. Para el ser humano es normal sentir miedo ante lo desconocido "Ante una situación muy peligrosa" Lo que quiere decir que lo que no es nada normal es vivir cada instante con miedo, asustadas, aterradas, temblorosas, sudorosas, o peor aún sumergidas en un terrible pánico así no este pasando nada y todo esté en calma... ¡Nunca aceptes eso en tu vida! Con tiroides o sin ella, no es correcto, ni es de Dios vivir en el miedo.

Mi situación fue a tal punto que le tenía miedo a los carros, a la lluvia y a estar sola, llevaba una vida triste, incomprendida, intranquila, totalmente irreal hecha de puras mentiras. Si para ese momento tenía un gran sueño, estoy segura que era dejar de sentir miedo y convertirme en una mujer valiente, osada, que se atreviera a enfrentar cualquier situación, que viviera de verdad, estando llena de paz y alegría, ser quien realmente quería ser, soñar sin tener miedo del mundo, de las criticas, de mis decisiones o de todo aquello que desconocía pero quería conocer.

El miedo siempre tiene sus aleados, los malos pensamientos, ciertos personajes, la televisión, el se alimenta por todos nuestros sentidos...
Hay millones de mujeres que están medicadas a causa del pánico, les mejora, las aquieta pero nunca se les quita, aparte que esto les trae otras consecuencias porque el miedo o pánico nos enferma física, mental y emocionalmente. Hoy cuando recuerdo esa etapa de mi vida, llegó un momento en que pensé que estaba perdiendo la razón. Por algún motivo nunca quise tomar pastillas para esto; (quizás porque ya tomaba once más) Ahora si usted es medicada por favor no pare su tratamiento.

¿Quién podría ayudarme? ¿Hasta cuándo podría soportarlo? ¿Cómo enfrentarlo? Me había convertido en una mujer antisocial y solitaria. Lo mejor de todo fue que nunca perdí la esperanza de ser sanada y sacada de esta oscuridad por la que mi vida parecía sumergirse sin control.

Entre tantas lecturas y ayuda motivacional y espiritual que buscaba en la internet y en libros, leía que Dios podía ayudarme y quitarme ese miedo, pero en ese momento hasta eso me daba miedo ¡Dios me daba miedo!, ¿sería eso verdad? ¿Cómo podía Dios ayudarme? Dios andaba en otros asuntos, así que como no lo entendía seguía buscando opciones que se apegarán a mí, pero siempre aparecía Dios en mis lecturas diciéndome "Yo te puedo ayudar"  Amiga, Dios nos entiende, pero los humanos no entendemos a Dios, qué bueno que él es extremadamente paciente.
Llegó la gota que derramo el vaso y empecé a vivir una terrible situación que me produjo un pánico sin límites y que parecía prometer acabar de una vez y por todas conmigo, ese fue el momento cumbre cuando exclame: ¡Dios ayúdame! ¡No se qué hacer ni a dónde ir! ¡Ayúdame!
Misteriosamente Dios me llevo a su palabra, una biblia llena de polvo que tenía en casa y dentro de miles de letras y páginas, mis ojos se posaron en un versículo que me estremeció, haciéndome, temblar y llorar; este decía:
"Porque yo Jehová soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: NO TEMAS,  yo te ayudo"  Isaías 41:13

Este era el "No temas" que me tocaba a mi ese día. ¡Gracias Dios! Hubo un antes y un después de esa palabra, porque salió el miedo ya convertido en pánico del escenario y entro Jesucristo el hijo de Dios a mi vida, no lo pude hacer yo sola, fue Jesús el que lo enfrento quien se encargo de liberarme de esa esclavitud, sanarme y sacarme de esa oscuridad espantosa a su luz admirable.
Mujer; no le busques explicaciones a todo lo que Dios hace, ni quieras razonarlo y comprenderlo todo. Dios es Dios y nosotros somos seres humanos y jamás podremos entender todos los misterios y las cosas de Dios, su palabra dice:
Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloría de Dios?" Juan 11:40

El miedo es historia en mi vida, porque tome la decisión de dejar que Jesús escribiera una nueva historia para mí. Créele y permítele entrar a tu corazón serás libertada de todo lo que te oprime y tu historia cambiará para siempre...  ¡Decídete hoy a creer en Jesús para que puedas ver la gloría de Dios en todo su esplendor...! ¡Entra ya en el proceso!

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas"   Josué 1:9

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