La simplificación al estudiar la Biblia es una práctica común hoy en día. Las iglesias se enorgullecen de dar sermones de 20 minutos, preferimos el mensaje de la Biblia que ha sido creado para “entenderse mejor”, y nuestras tiendas cristianas tienen en sus estantes una gran cantidad de libros devocionales. No hay nada malo en esto, al contrario, es muy necesario. Es sólo que a menudo nos volvemos dependientes de estas “muletas” para conducirnos por el camino de la vida cristiana.
El escribir este artículo es un tanto retante pues no soy misionera, ni soy la escritora de un best-seller cristiano. Tampoco tengo una vida de experiencia y sabiduría que me guíe a decirles a ustedes cómo estudiar la Biblia. Sólo soy una mujer cristiana tratando de encontrar la manera de pasar el proceso de santificación con una vida llena de fe, amor y gozo, y con las mismas dificultades y temores que tú.
Pero hay otra cosa que tú y yo tenemos en común con esos autores, oradores y pastores de sana doctrina. Tenemos la Biblia, El Espíritu Santo y el deseo de conocerle más profundamente. Así que por eso les comparto algunas indicaciones de como podemos estudiar la Biblia y llegar a verdaderamente amar todo el proceso al hacerlo.
ORACIÓN.
Esta es una necesidad absoluta en el estudio de la Biblia. Cada vez, antes de leer mi Biblia, oro al Señor por entendimiento y comprensión. Le pido a Dios que abra mis ojos a sus verdades y ablande mi corazón para aceptar Su sabiduría con obediencia y fe. A pesar de que he leído varias veces un mismo versículo, si algo perturba mi corazón o no entiendo algo, oro para que Él me revele lo que desea enseñarme- a veces Dios contesta de inmediato, otras veces Él me muestra mucho más tarde a través de una persona o sermón – pues Él sabe cuando estás lista para aprender y vivir algo nuevo espiritualmente hablando.
Regularmente usamos la Biblia que aparezca. La más común hoy en día es la Reina Valera del 60. Con esa Biblia crecimos e iniciamos nuestros caminos en el Señor. Pero hay más de 20 traducciones de la Biblia en el idioma español muchas de ellas con comentarios y referencias escritas por grandes hombres de la fe que nos llevan a profundizar más en las Escrituras.
CONOCER EL CONTEXTO
Antes de leer un pasaje, asegúrate de saber si fue escrito antes o después de que Cristo vino a la Tierra. ¿Quién fue el escritor? ¿Para quién se escribió? ¿Por qué fue escrito? Durante el período que fue escrito, ¿qué más estaba pasando en el mundo? Muchas Biblias proveen este contexto en la introducción de cada libro o en las notas o puedes investigar online acerca de esto. Los acontecimientos históricos se convierten en afirmaciones de las promesa de Dios que existen más allá del tiempo, las tradiciones y culturas.
DEVORAR LA PALABRA.
Lo confieso, he leido la Biblia sólo para sentir que cumplí con un deber. En la mayoría de las ocasiones, Dios en Su infinita gracia me ha permitido destacar uno que otro versículo, e incluso aprender algo nuevo, pero no experimentarlo o conocerlo a través de ese verso. Las veces que he aprendido más de las Escrituras, es cuando he leído cada palabra como si Dios me estuviera hablando directamente a mí, lo que me ayuda a atesorar cada palabra y frase por pasajes, destacando, tomando notas y sobre todo reflexionando de nuevo una y otra vez en el.
Enfoca toda tu atención en lo que estás leyendo – poniendo a un lado el teléfono, la computadora, la comida y todo lo que te pueda distraer. Encuentra un lugar en tu casa y hazlo tus rincón de lectura – un lugar donde tu cerebro sepa automáticamente que es el momento de Dios.
ESCRIBIRLO TODO
Siempre manten mi diario junto a tií para escribir todas las cosas que Dios te está enseñando ese día, porque la mayoría de las veces, puedes recordar la lección durante unos días, pero tarde o temprano comienza a desvanecerse.
Esto parece como que toma mucho tiempo, pero se supone que debe ser de esa manera! En Josué 1: 8 dice:
“Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito”.
Debemos meditar en la Palabra de Dios todo el tiempo – 24/7, 365 días al año. Por lo tanto, tomar las cosas con calma, leer un capítulo por día o incluso un verso de un día y pasar horas pensando y orando el mismo. Es el lugar donde el Rey de Reyes se hace evidente, palpable y real.
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