Toda la semana estuve oliendo un olor muy raro alrededor de mi casa. Días buscando de dónde provenía ese desagradable olor ha podrido y no lo encontraba. Me concentré en buscar alrededor y fuera de la casa, pasaron varios días y ese terrible hedor aumentaba. Determinada a encontrar de una vez y por todas cuál era la fuente de este olor que se intensificaba me levanté muy temprano ayer domingo.
Esta vez no tuve que buscar mucho, ¡finalmente la encontré! Un gato se había muerto en la marquesina de mi casa y como la guagua estaba estacionada no lo había logrado ver por más que había buscado. Ese gato estaba descompuesto y hediondo. Hubo que votarlo muy lejos y desinfectar muy bien el piso.
Mientras todo esto sucedía yo meditaba y
pensaba que así nos sucede en la vida. Buscamos por afuera, por
alrededor y por muchas partes, pero se nos olvida buscar dentro de nosotros mismos. Ahí originalmente es donde surgen las raíces del problema. Es en el corazón, en el interior de donde surgen nuestros pensamientos. Es ahí de donde salen las iras
y los problemas que nos perturban. De allí es donde se canalizan o se
descontrolan nuestras emociones. La baja autoestima, los problemas
afectivos y tantas cosas más hay que encontrarlos dentro de nosotros mismos.
Y hay que diagnosticar a tiempo cuando vemos algo malo para que no se nos pudra el corazón
ni se nos envenene el alma. No podemos permitir que nuestras vidas
sean contaminadas con la putrefacción de cosas malas y negativas.
Cuando examinamos nuestras sendas, escudriñamos qué es lo qué estamos
almacenando dentro de nosotros y que es lo qué estamos proyectando por
fuera a los demás, seremos mucho mejores.
Pero sigo insistiendo en que cuando se tiene a Cristo muy dentro del corazón, él nos ayuda a querer ser mejores cada día que pasa. Y no por el simple hecho de querer complacer a los demás, sino más bien porque es bueno querer cada día crecer y ser más
excelentes y mejores personas. Busca en tu interior y detecta si algún
germen, alguna bacteria o un nacido de un mal sentimiento están
corrompiendo y causando daño y depresión dentro de ti.
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