Efesios 5:1-14
“Averigüen bien lo que agrada al Señor. No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz.” Efesios 5:10 y 11
Disfruto mucho descubriendo aquello que
le gusta a las personas que amo para luego luego hacerlo y compartir las
alegrías con ellos. Me encantan las sorpresas y me gusta tomarme el
tiempo para planear una y ejecutarla con detalle para hacer feliz a
alguien más. A todos nos gusta sentirnos amados, disfrutamos cuando
alguien se toma el tiempo para hacernos sentir especiales y queridos. La
Biblia enseña que Dios nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:26)
y entonces, ¿será posible que a Dios también le guste sentirse amado y
que disfrute cuando uno de sus hijos o hijas se toma el tiempo
para conocerlo y agradarlo? El libro de Job inicia mencionando un evento
como el que pocas veces se menciona en la Biblia: “Un día los miembros de la corte celestial llegaron para presentarse delante del Señor, y el Acusador, Satanás, vino con ellos…“, el diablo mencionó que recién volvía de recorrer la tierra a lo que Dios contestó: “¿Te
has fijado en mi siervo Job? Es el mejor hombre en toda la tierra; es
un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se
mantiene apartado del mal“. Más importante que este evento que va
más allá de nuestra percepción y de saber si el enemigo conocía o no a
Job (que sí lo conocía) es notar lo que hizo el Señor: se tomó el tiempo
para hablar de un hombre al que consideraba ejemplar y único, ¿qué
tenía de especial? Que en su corazón había decidido honrar al Señor
viviendo en integridad, de manera intachable y apartándose de todo mal,
¡el corazón de Dios se sentía honrado al grado que lo platicó ante toda
la corte celestial! ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste el tiempo
para averiguar lo que agrada al corazón de Dios y después hacerlo para
alegrarlo?
Hay honra en nuestras decisiones de cada día
“Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. Los cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para ustedes“. Llevo 5 años de casado con mi esposa y aunque aún me faltan muchos años para disfrutarlos a su lado conociéndola más ya conozco lo suficiente de ella como para saber qué le agrada y qué no. Una de la mejores maneras con la que sé que puedo amarla cada día es precisamente evitando lo que le desagrada y esforzándome por hacer lo mejor posible lo que sí alegra su corazón. Precisamente esta es una de las maneras con las que podemos demostrarle nuestro amor al Señor y agradarlo: no haciendo lo que le desagrada ni estando presente cuando alguien más lo hace. ¡Nada tiene que hacer un hijo de Dios en una conversación obscena, contando o escuchando chistes de doble sentido, viendo imágenes o películas inmorales o permitiendo que sus ojos u oídos sean testigos de pecados platicados, actuados, cantados o sugeridos! Dejar que nuestro corazón se vaya tras el dinero o tolere la inmoralidad para encajar en la sociedad o para satisfacer nuestros deseos carnales ¡desagrada por completo a Dios y le demuestra menosprecio y falta de amor! Tus decisiones de cada día le comunican al Señor cuánto lo amas, cuánto te quieres parecer más a Él, cuánto quieres honrar a los que lo honran y cuánto quieres agradarlo viviendo de manera recta, honrada y ejemplar.
“Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. Los cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para ustedes“. Llevo 5 años de casado con mi esposa y aunque aún me faltan muchos años para disfrutarlos a su lado conociéndola más ya conozco lo suficiente de ella como para saber qué le agrada y qué no. Una de la mejores maneras con la que sé que puedo amarla cada día es precisamente evitando lo que le desagrada y esforzándome por hacer lo mejor posible lo que sí alegra su corazón. Precisamente esta es una de las maneras con las que podemos demostrarle nuestro amor al Señor y agradarlo: no haciendo lo que le desagrada ni estando presente cuando alguien más lo hace. ¡Nada tiene que hacer un hijo de Dios en una conversación obscena, contando o escuchando chistes de doble sentido, viendo imágenes o películas inmorales o permitiendo que sus ojos u oídos sean testigos de pecados platicados, actuados, cantados o sugeridos! Dejar que nuestro corazón se vaya tras el dinero o tolere la inmoralidad para encajar en la sociedad o para satisfacer nuestros deseos carnales ¡desagrada por completo a Dios y le demuestra menosprecio y falta de amor! Tus decisiones de cada día le comunican al Señor cuánto lo amas, cuánto te quieres parecer más a Él, cuánto quieres honrar a los que lo honran y cuánto quieres agradarlo viviendo de manera recta, honrada y ejemplar.
Saca a la luz toda la obscuridad y maldad
“No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz”. Hace unos años en la empresa que trabajaba me asignaron una laptop para mi uso que el dueño le había comprado a alguien más, un día mientras la usaba noté que había información del antiguo dueño guardado en unas carpetas, al abrirlas descubrí literalmente cientos y cientos de archivos llenos de inmoralidad sexual y pornografía, ¡nadie sabía que estaban ahí! Podía escoger no decir nada y guardarme todo para mí al cabo “nadie se daría cuenta”, pero yo sabía bien que Dios me estaba viendo y estaba poniendo atención a las decisiones que tomaría al respecto, así que seleccioné la carpeta y la borré por completo en ese instante, era tanta la información que la computadora tardó ¡varias horas en borrarlo todo! Sacar a la luz la maldad y toda perversión o depresión que el Señor nos permite identificar ¡es una manera de honrarlo! Porque para que el mal sea expuesto, detenido y erradicado ¡alguien debe señalarlo, enfrentarlo y expulsarlo! Y es ahí donde entramos los hijos de Dios, cuando nos negamos a participar en críticas y chismes que nos platican, cuando sacamos a la luz fraudes, engaños y traiciones para frenar el daño que se está haciendo, cuando nos negamos a participar en actos corruptos y cuando al estar a solas escogemos honrar a Dios con nuestros ojos, nuestros oídos y nuestro cuerpo por encima de a toda tentación que desea satisfacer nuestro cuerpo.
“No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz”. Hace unos años en la empresa que trabajaba me asignaron una laptop para mi uso que el dueño le había comprado a alguien más, un día mientras la usaba noté que había información del antiguo dueño guardado en unas carpetas, al abrirlas descubrí literalmente cientos y cientos de archivos llenos de inmoralidad sexual y pornografía, ¡nadie sabía que estaban ahí! Podía escoger no decir nada y guardarme todo para mí al cabo “nadie se daría cuenta”, pero yo sabía bien que Dios me estaba viendo y estaba poniendo atención a las decisiones que tomaría al respecto, así que seleccioné la carpeta y la borré por completo en ese instante, era tanta la información que la computadora tardó ¡varias horas en borrarlo todo! Sacar a la luz la maldad y toda perversión o depresión que el Señor nos permite identificar ¡es una manera de honrarlo! Porque para que el mal sea expuesto, detenido y erradicado ¡alguien debe señalarlo, enfrentarlo y expulsarlo! Y es ahí donde entramos los hijos de Dios, cuando nos negamos a participar en críticas y chismes que nos platican, cuando sacamos a la luz fraudes, engaños y traiciones para frenar el daño que se está haciendo, cuando nos negamos a participar en actos corruptos y cuando al estar a solas escogemos honrar a Dios con nuestros ojos, nuestros oídos y nuestro cuerpo por encima de a toda tentación que desea satisfacer nuestro cuerpo.
“«Despiértate, tú que duermes; levántate de los muertos, y Cristo te dará luz»“. Creo de todo corazón que a través de la lectura bíblica del día de hoy el Espíritu de Dios nos está llamando a despertarnos de nuestra comodidad, a frenar todo el pecado y muerte que hemos dejado habitar en nuestra mente y nuestro cuerpo y a demostarle a Dios con nuestras acciones cuánto lo amamos y cuánto deseamos conocerlo más… ¡para agradarlo y amarlo aún más! Si haz de quedarte con una frase del día de hoy quédate con la siguiente “Averigüen bien lo que agrada al Señor”. Busca, investiga, lee, estudia, medita, analiza, ¡haz lo que sea que tengas que hacer para averiguar lo que agrada al corazón de Dios! Y una vez que lo encuentres ¡repítelo una y otra vez e invita a la mayor cantidad de sus hijos a que te acompañen a hacerlo también! ¡Deléitate agradando a Dios, honrándolo con tus decisiones, viviendo en integridad y resistiendo toda la maldad! La Biblia está llena de lo que agrada y no agrada al Señor, su mismo corazón está allí impreso esperando para que lo descubras, ¡honra al Señor leyendo, aprendiendo y poniendo en práctica las Palabras que dejó para ti! Que todo el mundo sepa que eres una persona recta e intachable, que todos te conozcan como aquel que no participará en las pláticas groseras u obscenas que ellos tienen, como aquel delante de quien cuidan lo que dicen y con quien se comportan de manera recta, justa, buena y verdadera. ¡Que tu integridad construida sobre tu amor por Dios provoque que los inconversos a tu alrededor se comporten rectamente reflejando tu amor por el Señor!
1. Dedica tu oración de hoy a agradar al Señor, haz una lista de adjetivos calificativos de tu Salvador, de elogios, agradecimientos y palabras de honra y alabanza, puedes cantarle alguna canción o hasta hacerle una declaración de amor y respeto desde lo más profundo de tu corazón.
2. Haz un plan y pídele al Espíritu Santo que te dirija para averiguar mediante la lectura diaria de la Biblia cómo agradar más a Dios, como conocer más de su corazón y como amarlo con tus decisiones de cada día.
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