Daniel 12
“Mediante estas pruebas, muchos serán purificados, limpiados y refinados. Sin embargo, los perversos seguirán en su perversidad y ninguno de ellos entenderá. Solo los sabios comprenderán lo que significa.” Daniel 12:10
A la mayoría de nosotros no nos gusta
pasar por pruebas, difícilmente alguien escogería voluntariamente ser
sometido a un alto nivel de presión emocional o espiritual que lo
hiciera salirse de su estabilidad, paz y afectara su temperamento. Sin
embargo las pruebas y adversidades nos llegan a todos por igual, a
algunos pareciera que más frecuente que a otros o con mayor o menor
intensidad de las que nos suceden a nosotros pero lo cierto es que todos
seremos probados en nuestro corazón, nuestra mente, nuestro espíritu y
aún más importante en nuestra fe. Jesucristo lo dijo así en el capítulo
16 del Evangelio de Juan: “Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo“;
es decir, mientras vivamos aquí en la tierra ¡tristezas y pruebas
vendrán a nuestra vida! Por lo que nuestra única esperanza es poner
nuestra confianza en nuestro Señor para recuperar nuestro ánimo y
fuerzas y seguir adelante.
Los principales beneficiados somos nosotros
“Mediante estas pruebas, muchos serán purificados, limpiados y refinados”. En el último capítulo del libro del profeta Daniel lo encontramos en la última de sus visiones que quedaron registradas en la Biblia, en ella ve y escucha varios ángeles que le hablan de lo que Dios haría varios años más adelante, el futuro no era muy prometedor y sin embargo uno de los hombres vestidos de blanco con quienes platicaba Daniel le hizo ver que había un propósito detrás de las pruebas y aflicciones que estaban pasando los hijos de Dios y que aún pasarían un poco de tiempo más: Ser purificados, limpiados y refinados. Esta porción de la Biblia hace eco con lo mencionado en Deuteronomio 8: “Recuerda cómo el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos.” Las pruebas tienen el propósito de sacar a la luz lo que hay dentro de nuestro corazón, ¿es que acaso Dios no lo sabe? ¡Claro que lo sabe! Pero quienes no siempre lo sabemos somos nosotros, una prueba te enseña qué tan comprometido estás con el Señor, cuánto de tu corazón necesita ser purificado o transformado, la presión saca las impurezas más ocultas de nuestro corazón y las expone para que podamos lidiar con ellas y erradicarlas de nuestra vida por completo para que no nos sigan dañando más. El Señor quiere revelarte qué de tu carácter aún no ha sido transformado por su amor y su verdad y cuáles de sus mandamientos consciente o inconscientemente no has estado obedeciendo y por lo tanto están afectando tu salud espiritual y tu relación con Él. Saber esto ¡no hace más sencilla las pruebas! Pero nos da la esperanza de que Dios está trabajando en nosotros y de que tan pronto aprendamos lo que Él quiere terminarán.
¿Cómo reaccionamos ante las pruebas?
“Sin embargo, los perversos seguirán en su perversidad y ninguno de ellos entenderá. Solo los sabios comprenderán lo que significa”. El adjetivo “perverso” solemos asociarlo solamente con personas muy malas, para quienes han cometido un crimen o un delito que ha causado mucho daño. La Real Academia Española define perverso como a alguien sumamente malo pero también como a alguien que corrompe las costumbres o el orden habitual de las cosas. Si aplicamos esta definición a nuestro versículo resaltado al inicio de este párrafo los perversos son aquellos que por su maldad han corrompido su manera de caminar, de comportarse y aún, si es que alguna vez la tuvieron, han corrompido también su fe. El ángel le está diciendo a Daniel que ante las pruebas hay dos posibles reacciones: mantenernos con nuestra vida de pecado desordenada o comprender que es Dios quien está llamando nuestra atención a nuestras áreas de pecado para que nos arrepintamos, enfrentemos nuestras consecuencias y seamos así purificados y limpiados, ¿con qué propósito? Con el de restaurar y volver a nuestra relación personal y de fe con Él. ¿Cómo reaccionas ante las pruebas?, ¿aceptas el consejo, instrucción o hasta regaño de quienes te hacen ver tus malas decisiones?, ¿hay pecado en tu vida que podría clasificarse como una perversidad pues aún sabiendo que es algo que desagrada a Dios has escogido seguir viviendo desordenadamente y en contra de su voluntad? Escucha el llamado que tu Salvador te hace hoy: “Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana. Si tan solo me obedecen, tendrán comida en abundancia“.
Las últimas palabras registradas en la Biblia son parte del mensaje de uno de los ángeles a Daniel: “En
cuanto a ti, sigue tu camino hasta el final. Descansarás y, entonces,
al final de los días, te levantarás para recibir la herencia que ha sido
guardada para ti“. Inevitablemente vendrán pruebas a nuestras
vidas, muchas veces sin esperarlas ni mucho menos escogerlas; más de una
vez sacudirán el suelo bajo nuestros pies y harán tambalear nuestra fe,
¡tomemos decisiones de fortalecer nuestra fe y nuestra relación con
Dios el día de hoy para que ante las pruebas no nos vengamos abajo!
Hagamos nuestro el consejo del ángel a Daniel: sigamos nuestro camino
hasta el final, perseveremos, mantengamos nuestra vida de rectitud y
santidad firme a pesar de los vientos de adversidad que soplan contra
nosotros, sujetémonos fuerte del Señor, pidámosle mayor fe, esta prueba
terminará, ¡no te rindas! Y al final de los días, te levantarás para recibir la herencia que ha sido guardada para ti. “¡Benditos sean los que esperen y permanezcan hasta el fin!“. Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá! (Hebreos 10:35)
Dale gracias a Dios por no permitirte vivir cómodamente en pecado o
lejos de alcanzar todo lo que tiene para ti y usar las pruebas para
despertarte y acercarte más a Él.
Pídele a Dios que aumente tu fe para permanecer firme en tu compromiso y entrega con Él.
Pídele perdón a Dios y ponte a cuentas con Él si has mantenido un
área de tu vida bajo el control del pecado, ¡toma una decisión de una
buena vez de entregarte por completo al Señor!
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