Débora,adoradora, jueza y profeta
Hablar de Débora es hablar de una mujer extraordinaria y excepcional. El nombre Débora significa “abeja”, representando su laboriosidad y sagacidad con el pueblo y la nación. Esta mujer que vemos en Jueces 4 y 5, sobre todo era una adoradora. Ella había experimentado lo que era atraer el reino de Dios a través de la adoración. Tú vas a saber cuando alguien es un verdadero adorador porque antes de ver la victoria plena le da la gloria a Dios y reconoce que la victoria que está viviendo no se debe a sus habilidades, ni a causa de una profesión, apellido, etc. Si tú eres un adorador sencillamente, al momento de tener una victoria tú vas a venir delante de Aquel que te la entregó y le vas a dar la gloria. Y eso fue lo que hizo Débora y lo vemos en el capítulo 5. Ella y Barack se levantaron en un cántico para proclamar la grandeza de Dios. Hoy el Señor está despertando la adoración en las naciones, y como nunca, estamos viendo un mover maravilloso en donde Dios está restaurando la adoración y la alabanza. La adoración es rendición, humillación, quebrantamiento, y muerte. Cuando oímos la palabra adoración generalmente lo asociamos con música, y esto es parte; pero no todo. Adorar es lo que Dios provoca para poder acercarnos. Es intimidad y la permanencia en la presencia de Dios para aquellos que han experimentado los deleites en el secreto del Señor. Aquellos que han podido recibir y beber del torrente de sus delicias, que han podido experimentar del comer de la grosura de Su mesa. Deleite, pasión, hambre, desesperación por El.
Débora era una mujer de visión, sabía lo que Dios quería hacer con Israel. Ella era una mujer que entendía y conocía los tiempos. Tú estás en el momento correcto para que comiences a ver lo que nunca viste, y no te preocupes si la gente que está a tu alrededor no lo ve, lo importante es que tú lo veas y lo creas. Jueces 4 habla de quien era el rey Jabín, el enemigo del pueblo de Israel y dice que tenia 900 carros herrados, eso simbolizaba la fortaleza del ejército de este rey, y este ejército tenía amedrentado al pueblo de Dios. Sin embargo; había lugares donde estos carros no podían entrar y eran los lugares montañosos de la tribu de Efraín. Y era en uno de estos lugares montañosos donde Débora se había establecido colocándose debajo de una palmera. Cuando Dios describe detalles en la Palabra es porque éstos representan algo. Ella estaba en un lugar de ventaja, donde podía tener una mejor visión. Ella podía ver realmente cual era la condición de los que estaban en los lugares bajos, en los llanos.
Esa palmera representa el lugar de descanso, de reposo, de permanencia en la presencia de Dios. Ella tenía una revelación clara de quien era Dios y quien eraella en El. Ésta mujer estaba realmente motivada, a ella no le preocupaban los 900 carros del rey Jabín, ni el ánimo caído de los hombres. Sin embargo; esa mujer se mantuvo motivada y tan fuerte fue su motivación en ella que influenció a un líder militar llamado Barack y al resto del pueblo. Muchas veces tú estás esperando que otros tomen la iniciativa para empezar a vivir una vida de conquista en el Señor y luego comenzar a caminar. Pero tú necesitas hoy como Débora levantarte, andar en el propósito de Dios y convertirte en alguien de destino profético.
La unción profética te mantendrá motivado, apasionado para caminar y conquistar aquello que ya Dios dijo que era para ti, y aún será tan fuerte que vas a poder influenciar a los que están a tu alrededor cuando estos se debiliten. En una nación donde el pueblo estaba decaído, Dios vío a una mujer que no estaba intimidada y la levantó en autoridad, y no sólo como una profeta, sino como una jueza que gobernaba y aconsejaba. Aquel lugar donde estaba la palmera, tenía el nombre de Débora. Habrá lugares y territorios que tendrán tu nombre, habrán lugares que al mencionarlos los van a relacionar contigo a causa de la obra justa que te determinaste hacer y levantar a favor de aquel territorio donde Dios te puso. Débora, la mujer virtuosa es mujer de fe; (Proverbios 31), que contempla la heredad y dice: la compro, es mía. Es una mujer guerrera, violenta, que sabe tomar la heredad que es suya, pero no solamente para ella sino que aún es de bendición para su marido, hijos, y gente que trabaja con ella. Una Débora es una mujer que no apagará la lámpara cuando es de noche, ella siempre está vigilando, porque entiende que tiene un enemigo que no duerme y no tiene vacaciones. Celebramos la victoria pero no apagamos la lámpara donde estamos vigilando, atalayando y estamos como centinelas sobre aquella heredad que se nos dio, familia, hijos etc.
Hablar de Débora es hablar de fe, una mujer que vive no por lo que oye sino que vive influenciada por lo que salió de la boca de Dios; por cada palabra profética y las promesas que están escritas en la Biblia. Es el tipo de mujer que camina con la convicción de que si Dios lo dijo, El lo hará.
A veces el diablo ruje haciéndonos creer que nuestros hijos le pertenecen, pero tienes que levantarte con un rugido mayor donde le vas a establecer límites al enemigo y vas a profetizar y declarar el destino profético de Dios para tus hijos. En medio de guerras yo les he dicho a mis hijos: “mientras yo viva y tenga espíritu dentro de mí, seré una centinela por la vida de ustedes; tendrán atalaya en casa”. Tenemos que ser gente de fe que no tiene temor de profetizar lo que Dios ya habló. Débora era una mujer de fe. En tiempos de opresión todos miraban los 900 carros y estaban intimidados. No había hombres de valor en Israel pero ésta mujer se atrevió a decirle a Barack: “no te ha dicho Jehová que te levantes y vayas al monte de Tabor con 10,000 hombres de la tribu de Neftalí y Zabulón”. Esta mujer no tenía temor de profetizar. A pesar que Barack era una autoridad y mas bien él debía de enseñarle a ella estrategias de guerra, porque él era capitán, sin embargo, ella le declaró la palabra del Señor. Cuando tú tengas una palabra profética no vas a tener temor de declararla.
Débora tenía la convicción de que aquella palabra se iba a cumplir; estaba segura que aquello era el designio de Dios para Israel. Yo le he dicho a la gente que me ha tocado entrenar: “se vale llorar y derramar su corazón delante de Dios, pero después límpiese las lágrimas, esgrima su espada y pelee su batalla”. Porque hay tiempos de llorar y tiempos de actuar. Hay tiempos que tenemos que pararnos firmes delante de nuestros enemigos. Una persona de fe es aquella que se levanta para declarar Palabra sobre su casa, iglesia, y nación con determinación y denuedo hasta ver la victoria.
Una Débora es una mujer de fe, violenta, aguerrida, que se atreve a pararse donde otros no se pararon. Que se atreve a profetizar lo que no se puede ver con ojos naturales, porque ella tiene abiertos sus ojos espirituales y declara eso maravilloso que está viendo aún cuando la lucha, las pruebas y las circunstancias le digan lo contrario.
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