miércoles, 2 de agosto de 2017

Encamíname en tu verdad


El hombre humilde de corazón es bienaventurado, según las escrituras, es feliz, ese hombre de corazón humilde es aquel que no se opone ni se cree mayor a su Dios y quien viene a él para decirle: Encamíname, enséñame tu verdad, te necesito Dios, trae salvación a mi alma, en ti están mis días, en ti confío, cuídame, susténtame, trae vida, paz, sabiduría y conocimiento de tu palabra, quiero conocer tu preciosa verdad, deseo agradarte Señor y decido vivir en tú presencia.

Amados hermanos; aquello que no deja que hombres y mujeres busquen y acepten a Jesús como la verdad de Dios para salvar al hombre del juicio del Señor, es el maligno, el Diablo, el enemigo de nuestras almas, quien engaña a las personas haciéndoles creer que él no existe, que es un ser imaginario, está al asecho, listo para confundir, para destruir y matar la creación que Dios más ama, el hombre y la mujer...


Salmo 25:5 Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.
1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.

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