Pero cuando los sentimientos se enfrían, el uno o el otro encontrara que no tiene los recursos o la habilidad de amar a una persona obviamente imperfecta. Ahora las necesidades no están satisfechas, lo que causa daño, lo que promueve una actitud defensiva, lo que reduce la comunicación efectiva, lo que aumenta los malentendidos, lo que provoca el conflicto, lo que echa leña al fuego del enojo y la amargura. Si no hay perdón y reconciliación para romper el ciclo, la habilidad de amar se paraliza. Este patrón, en casi todas relaciones, se puede evitar por un tiempo dado que las dificultades que provocan el egoísmo no existen o están ocultas. Pero tarde o temprano viene la realidad. A pesar de las buenas intenciones de la pareja, eventualmente se dan cuenta de que dos personas independientes no puedan tener todas sus necesidades satisfechas todo el tiempo.
Para que una relación tenga éxito, el trabajo en equipo es necesario y ambas personas deben negarse sus deseos personales. El sacrificio debe reemplazar al egoísmo. A veces una persona del matrimonio puede hacer esto más o menos bien, pero se acaba la paciencia. El sacrificio no es natural; el egoísmo lo es. ¿Por qué es así?
Si viviéramos en un mundo donde las personas fueran perfectas, sus matrimonios marcharían en armonía, tal como Dios quería que funcionara el matrimonio desde el principio. Pero no vivimos en un mundo perfecto. Con toda honestidad, todos estamos afectados por nuestra tendencia al egoísmo y el "pecado".
¿Qué es el pecado? Muchas veces elegimos hacer lo equivocado y no lo correcto. Podemos ser egoístas, crueles, dañinos, amargos, arrogantes, no dispuestos a perdonar, y más. No es de sorprenderse, que a los esposos y esposas les cueste entenderse el uno al otro. Una actitud de "quiero que se cumplan mis necesidades" en una relación quiebra el espíritu de cooperación. El ciclo negativo empieza y continúa hasta que se pierde la intimidad y el matrimonio empieza a desmenuzarse.
Encarémoslo, todos necesitamos ayuda -- alguna fuerza adentro que nos de la habilidad de amar a otra persona como se debe si queremos que un matrimonio dure.
Nuestro comportamiento egoísta y pecaminoso no solamente separa a un esposo de su esposa, sino que también nos separa de Dios - nuestra mayor fuente de ayuda. Como el creador y diseñador del matrimonio, El sabe como funcionan las relaciones. Quiere que tengamos primero, una relación con El y después esperar nuestra dirección de El.
Dios no solamente nos ayuda con los problemas y los desafíos que enfrentamos diariamente, sino que también nos ofrece sanar las cicatrices y heridas que hemos coleccionado en el pasado. Por ejemplo, provee perdón completo y limpieza de malas decisiones que hayamos tomado como jóvenes en una relación con el sexo opuesto. Dios nos ama y quiere que disfrutemos de las ventajas de ser Su hijo, las que incluyen Su ayuda en nuestro matrimonio.
Me gustaría ilustrar esto con dos casos con una pareja típica. En el primer ejemplo, nuestra pareja (Les llamaré Jon y Lisa) no reconocen ninguna participación activa de Dios en sus vidas. En el caso B, Jon y Lisa tienen más que una relación entre si; también tienen una relación con Jesucristo.
CASO A:
Es sábado en la mañana y Jon quiere jugar golf con sus amigos. Se levanta y dice a Lisa que se va y no vuelve hasta las 4 de la tarde. Lisa se queja, "¡Me prometiste que podríamos hacer un picnic hoy!" "Nunca dije eso," dice Jon, con una voz tensa. "De todas maneras, no he jugado golf por dos semanas. Es un día hermoso. Me voy." Cierra fuertemente la puerta cuando se va, Lisa se siente dejada de lado y después de llorar un poco, se enoja y tira las almohadas del sofá por la sala. "Vas a ver, Tonto," grita Lisa. Llama una amiga, se van a almorzar y luego al centro comercial. En el centro comercial, compra mucha ropa nueva - necesitaba un nuevo conjunto, pero al comprar algunas cosas "extras" ella sabe que va a hacer enfurecer a Jon. Su tarjeta de crédito está casi al límite ahora.Mientras tanto, Jon está terminando su juego de golf. Con sus amigos, se detienen para tomarse un trago en el bar del club de golf. Un trago se hacen dos. Jon nota que la mesera es muy atractiva. Mientras la joven le da su tercer trago, susurra algo favorecedor en su oído. Se muestra enojada, pero su sonrisa le indica que está complacida. Cuando vuelve, Jon nota que su numero de teléfono esta escrito en la servilleta debajo de su vaso. Jon la pone en su bolsillo.
Jon llega a casa a las 5 de la tarde, caminando un poco tambaleante. Lisa está viendo la televisión con el volumen alto. Nota un montón de paquetes en el sofá. Enojado, apaga la televisión e indica los paquetes. Lisa dice algo feo y se va al dormitorio, cerrando la puerta fuertemente detrás de ella. Discuten hasta la madrugada. Jon termina durmiendo en la habitación de visitas.
CASO B:
Es sábado en la mañana y Jon quiere jugar golf con sus amigos. Se levanta y dice a Lisa que se va y no vuelve hasta las 4 de la tarde. Lisa se asombra y dice, "¡Pensé que íbamos a hacer un picnic hoy!" "Oh, ¿podemos dejarlo para mañana?" Jon dice, su voz se siente tensa. "De todas maneras, no he jugado golf por dos semanas. Es un día hermoso. Me voy." Cierra la puerta fuertemente cuando se va. Lisa se siente dejada de lado y después de llorar un poco, se enoja y tira las almohadas del sofá por la sala."¡Tonto!" grita, con el deseo de decirle cara a cara que tan enojada se siente.
Lisa decide ir a caminar, y cuando ha pasado por el parque, se han calmado sus sentimientos de enojo y lastima. De camino a casa es capaz de orar "Querido Jesús, estoy realmente enojada con Jon y pienso que está siendo egoísta. Por favor, ayúdame no ser egoísta también, y a controlar mi enojo." Lisa decide llamar una amiga y van a almorzar y de compras. En el centro comercial, Lisa se compra un nuevo conjunto. Mientras tanto, Jon termina los primeros nueve hoyos de su juego de golf. Con sus amigos, se detienen para comprar un sándwich y una bebida en la cafetería del club. Jon nota que la joven que lo atiende es muy bonita, pero le saluda amablemente y se junta con los amigos. En la mañana, Jon había pensado que Lisa estaba quejándose y celosa - pidiéndole perder un buen tiempo con sus amigos sin razón. Pero ahora se siente culpable por como la trato.
No se divierte. "Oigan, amigos" anuncia Jon, "Voy a terminar por hoy y volver a casa. Necesito pasar tiempo con Lisa." Dos de sus amigos lo molestan, pero Jon permanece firme en su decisión. Cuando Lisa vuelve a la 1 de la tarde, está sorprendida de encontrar a Jon sentado en la mesa. Nota la canasta de picnic medio llena de comida y bebidas. "¿Por qué llegaste a casa tan temprano?" le pregunta, el daño aún evidente en su voz.
"Siento la manera de que actué esta mañana," dice Jon. "Quería jugar golf y no me preocupe de tus necesidades. Supongo que fui un poco egoísta ¿Me perdonas?
Lisa muerde su labio. Sigue lastimada, pero Jon realmente se ve culpable. Y lo nota claramente en el hecho de que terminara temprano su juego de golf. "Sí, te perdono," Lisa dice en voz baja.
Mientras se abrazan, Jon dice, "¿Podemos, de alguna manera, empezar de nuevo este día? Volví a casa pensando que tal vez tendríamos tiempo para hacer el picnic. ¿Quieres ir conmigo?" Lisa resiste la tentación a quejarse y hacerle "pagar". Al contrario, sonríe y dice que sí. El día se vuelve mejor para los dos. El enojo ha sido eliminado de ambos. Su relación se siente tan fresca como la tierra después de una lluvia en primavera. Jesucristo ha trabajado en la vida de cada uno, primero mostrándoles como vivir y dándoles de esa manera la fuerza para negarse a si mismo y perdonar - dos acciones esenciales para el amor, pero muy difíciles hacer constante y honestamente sin ayuda.
Por supuesto, estos dos casos ofrecen solamente una mirada simple de una situación interpersonal complicada, pero sí ilustran por qué la participación de Dios en las vidas de un esposo, una esposa, y su matrimonio hace la diferencia. La fe Cristiana no es simplemente una colección de principios y reglas - es una interacción viviente y cotidiana con Dios por la cual recibimos orientación y poder para vivir la vida de la manera en que fue diseñada.
¿Qué tipo de orientación da Dios con respeto al matrimonio? Está claro en la Biblia acerca de lo destructivo del divorcio, la necesidad de considerar humildemente las necesidades de la otra persona antes que nuestras propias necesidades, el ser honesto entre nosotros, el evitar la inmoralidad sexual, y mucho más.
Pero el "saber qué hacer" no necesariamente significa que vamos a querer hacerlo. Su orientación muchas veces es distinta a lo que nos gustaría hacer (por ejemplo, decir la verdad a tu esposo cuando el mentir parece muy útil). Pero reiteradamente las parejas han sabido que tan sabio es Dios, y que tan inteligente es confiar en El y seguir sus planes para construir una relación.
Por ejemplo, Dios todavía dice que el matrimonio debe venir antes de la intimidad sexual. Pero en nuestra cultura un 64% de universitarios en una encuesta estaban de acuerdo con esta declaración - "El cohabitar antes de casarse es una buena idea."5 Muchos de estos estudiantes miraban mientras se deshicieron y razonan que "probar" la relación parece una buena idea.
Entonces, ¿por qué pone Dios el matrimonio antes de la intimidad sexual? Porque El quiere que experimentemos intimidad duradera. ¿Cómo pueden dos personas sentirse lo suficientemente seguras para ser totalmente vulnerables - un requisito para la intimidad profunda - en un medio ambiente en que cualquiera de los dos podría irse en cualquier momento? La investigación muestra que la taza de divorcios actualmente es más alta entre los que cohabitan antes de casarse que los que no.6 La sabiduría de Dios es perfecta, siempre es correcta. Y siempre viene de su amor cuidadoso y protector hacia nosotros.
Pero Dios no solamente quiere ser consejero matrimonial, depositando su consejo en nuestras vidas. Quiere que le conozcamos, que estemos en una relación con El, y que confiemos en El. Para amar fielmente a otra persona, El dice que primero necesitamos experimentar su amor fiel y sin condiciones.
Impulsado por su amor por nosotros, Dios hizo algo notable por nosotros. Hemos hablado de cómo nuestro egoísmo nos separa el uno del otro, y especialmente nos separa de Dios quien es santo y perfecto. La Biblia dice, "tu pecado ha hecho una separación entre tu y tu Dios."7 Ninguna cantidad de buenas obras o de esfuerzo de nuestra parte puede borrar nuestro pecado ante los ojos de Dios. Aún peor, hay un castigo por nuestro pecado...la muerte. Significa separación eterna de Dios, incluso después de la vida terrenal. Y no hay nada que podamos hacer para arreglarlo. Sus estándares requieren la perfección, y no los cumplimos. Pero, la justicia de Dios esta acompañada por su tremendo amor por nosotros - mostrado por la solución que El proveyó.
¿Qué hizo Dios exactamente? Jesucristo, quien es Dios en forma humana, vino a pagar el castigo de muerte por nuestros pecados. Jesucristo también vino a enseñarnos los caminos de Dios y darnos una vida plena. Pero principalmente dijo que su propósito al venir como hombre fue el morir en nuestro lugar. Canceló la deuda por nuestros pecados - mis pecados, los tuyos, y los de todo el mundo - mientras era colgado de una cruz (una forma romana de ejecución)- para que fuéramos perdonados. Después de tres días sepultado, Jesucristo resucitó físicamente. Muchos testigos llevaron al mundo su historia y la vida que Dios nos ofrece.
No es nuestra tarea trabajar por la aceptación de Dios. El mismo nos ofrece una relación con El como regalo. Es nuestra decisión si queremos recibir su perdón y entrar en una relación con El. Jesucristo dijo, "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por Mi."8 El quiere entrar a nuestras vidas, pero otra vez, es una decisión individual que debemos tomar. Si el matrimonio es una decisión significativa, esta es aún más.
¿Quieres tener una relación eterna con Dios y dejarle influenciar tu vida? ¿Quieres ser guiado por su sabiduría y apoyado por su fortaleza? Si lo quieres, puedes pedirle entrar a tu vida ahora mismo. Tal como una pareja no está casada hasta que contraen matrimonio, el empezar una relación con Dios es un acto de la voluntad. Jesucristo dijo, "Estoy parado a la puerta de tu corazón y la toco. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré."9 La Biblia dice, "Pero a todos los que le recibieron, a ellos les dio el derecho de ser hijos de Dios."10 ¿Te gustaría conocer el amor de Dios para ti y pedirle que entre a tu corazón? Esta podría ser una manera de expresar tu deseo:
"Señor Jesucristo, te quiero a Ti en mi vida. Quiero que me guíes, y que me perdones por todos mis pecados. Gracias por pagar por mis pecados en la cruz. Ahora te pido que entres en mi vida. Gracias por tu promesa de que entrarías en mi vida si te abría la puerta, lo que ahora hago. Gracias porque ahora puedo empezar a conocerte de veras. Amén."
Si oraste eso sinceramente, has empezado una relación con Dios que durará por siempre. ¿Qué efecto puede tener esto en tu matrimonio? Puedes tener un matrimonio lleno de amor. Como todos los esposos y esposas, cometerás muchos errores y a veces necesitarás esforzarte para tener un gran matrimonio. Pero, mientras dependes de El, Dios te dará la fortaleza y la visión necesarias para amar a tu pareja sin egoísmo, con perdón, y experimentar así un matrimonio duradero.
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