El papel de un padre es proveer un medio ambiente seguro y proveer, más importante es la de engendrar vida. Así mismo, el corazón de nuestro Padre Celestial anhela apasionadamente otorgarnos nuestra plena identidad como Sus hijos y llama a nuestros espíritus a la vida para tomar posesión plena de nuestros derechos como hijos. ¿Cuál es pues la naturaleza propia de un hijo Suyo? Es libertad, pureza nobleza de carácter, identidad segura , autoridad legal, propósito, acceso al Padre, profunda intimidad con el Padre, así como gozar del derecho de habitar en Su casa, afinidad familiar y mucho más.
Nuestro Padre es el Anciano de días Justo, el Señor y Rey gobernante, pero Él nunca deja de ser nuestro Padre para amarnos, sanarnos, confortarnos, librarnos y corregirnos para nuestro bien y Su gloria. Él nunca pierde Su visión para la cual Él nos diseñó. Su Hijo Jesús inició su ministerio definiendo Su llamado y Su eterna relación con nosotros. Él dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor. Lucas 4:18-19
La misión de Jesús fue preparado , fortalecido, ungido y señalado por Dios para traer buenas nuevas a nuestros espíritus: liberar la esclavitud del espíritu y del alma; darnos la visión de ser hijos ; levantar a aquellos que están vencidos, golpeados, destruidos y quebrantados en espíritu; y llamarlos a convertirse en los verdaderos hijos que ellos son. Para la mayoría de nosotros , nuestras almas dominan a nuestros espíritus, porque hemos alimentado el alma con una dieta de mentiras toda la vida, a través de la pasividad del espíritu y el constante bombardeo del mundo, la carne y el demonio. Hemos ejercítado nuestras almas mucho más que nuestros espíritus.
Nuestro Padre está trabajando constantemente para conducirnos al completo conocimiento de nuestro derecho de primogenitura como hijos, y esto se alcanza al poseer el espíritu de hijos, lo cual indica primeramente que el ser hijo es un asunto espiritual.
El ser hijos es recibido en nuestros espíritus y trabaja en nuestros corazones y en nuestras almas para liberarnos del pecado y de la carne y traer sanación a nuestras heridas. Esto nos impulsa hacia el potencial que Dios escribió en Su libro para nosotros; todas las posibilidades que Él sembró tanto en lo espiritual como en lo natural en nuestro ADN.
El poder de resurrección del Hijo está activamente disponible para nuestros espíritus y trabaja a nuestro favor. Nuestra parte está en cooperar con Él y no apagarlo. Jesús dijo en Lucas 4:19, que hoy es el día en el que el favor gratuito de Dios abunda grandemente. El dijo que el Espíritu de Dios está extendiendo Su favor hacia nosotros, asegurando liberarnos hacia un estado nuevo-a los derechos plenos de nuestra verdadera identidad. Recientemente alguien dijo que había cesado de estar esclavo del pecado , y había entrado a la presencia de la gracia de Dios. Esto es obra del espíritu.
Las personas cuyos espíritus necesitan ser llamados a la vida y necesitan ser agrandados, no pueden relacionase profundamente con Dios. Ellos no pueden ni abrazar completamente a la vida ni a sí mismos, tampoco pueden conectarse con el espíritu ni el corazón de otra persona. Se sienten aislados, arrastrados a través de la corriente de la vida. Sus conciencias funcionan por remordimiento, por arrepentimiento, por temor a ser expuestos, o por temor al castigo. Algunos de ellos son altamente negligentes con la vida. Algunos tienen que lidiar con su dolor, con adicciones de toda clase; porque sus espíritus no les pueden proporcionar esperanza, consuelo ni sentido. Todos sabemos de la muerte de espíritu que es el resultado de vivir bajo la ley por ritos y repeticiones, formas y legalismos. Bien lo dice en 2 Timoteo 3:5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.Estás personas se relacionan mentalmente a la doctrina y a la enseñanza, y pueden recibir alivio a nivel del alma y una satisfacción lógica en la liturgia o en el ¨plan¨de salvación, pero no hay realmente una chispa espiritual. La carne religiosa es fortalecida por el alma.
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