lunes, 20 de noviembre de 2017

No has nacido esclava de nadie ni nada




Ejerce tu libertad para decir No a todo aquello que nada bien te hace
Pon en práctica tu libertad para decir Sí a lo que sabes vale de verdad
Pero si decidieras no ejercerla esto te puede pasar:
Puedes llegar a sentir tanta intranquilidad que ni siquiera podrás respirar
Sentirás en tu pecho una voz que te dice mañana, tarde y noche
eso que haces no te conducirá donde Dios en verdad te quiere llevar
Cuando te mires al espejo no verás ese brillo en tus ojos que alguna vez te vistió
Sentirás tanta sed pero no de agua sino de felicidad
Cuando abraces a alguien sentirás la necesidad de contarle todo acerca de tu falta de paz
Le preguntarás a Dios una y otra vez si eso que haces es bueno
y sentirás que no te responde, luego te desesperarás, llorarás y creerás que Dios ya no te quiere escuchar.
Sentirás ganas de comer pero solo por ansiedad
Tendrás sueños que te dicen eso que haces está mal
Sin embargo, si no deseas tener ninguno de estos síntomas o si ya los tienes aquí te doy algunos tips para lograr el éxito con la libertad
Mírate al espejo y dile a tu reflejo QUIERO SER LIBRE
En oración dile a Dios que ya te cansaste de engañarte a ti mismo(o) y que ya no lo harás más.
Ve de prisa y haz lo que en verdad te traerá paz
DI no a quien tengas que decir NO, di Sí a quien tengas que decir Sí
Rechaza todo aquello que sabes no es bueno y si todavía tienes dudas al respecto si aquello es o no bueno, haz lo siguiente.
Cuéntale a tus padres, profesores, amigas o al vecino de la esquina lo que vienes haciendo si al momento de contárselo no te atreves porque te llenas de vergüenza, entonces sabrás que eso, aquello que tu pensabas era bueno, en realidad no lo es y no lo será, ya que lo que es bueno no trae vergüenza ni tristeza, al contrario solo trae gozo, alegría y orgullo del bueno.
¿Quieres ser libre? Tenga la sensación que sí deseas serlo, entonces ¿Qué esperas?

No has nacido esclava de nadie ni nada, por tanto ¿por qué te comportas como tal?

La Amistad

La Amistad es una perla de valor incalculable.
Es un tesoro especial que se guarda en el cofre de nuestro corazón.
No conoce de distancias, nacionalidades, ni barreras geográficas,
porque va conectada a nuestras almas.
Por eso mi alma se remonta hacia donde tú te encuentras y puedo comprenderte, compartir, sonreír y llorar contigo.
Por eso sentimos esa conexión tan especial que hace que nuestros corazones se conmuevan y salten de alegría.
Estoy segura de que fue Dios quien nos situó en el mismo escenario, a la misma hora y el mismo día. No fue coincidencia ni juego del destino el que nuestros espíritus se ligaran en camaradería y fraternidad.
Sin importar cuánto tiempo ha pasado, si mucho o poco, lo que doy por cierto es que ha resurgido un precioso milagro y que a ese milagro le llamamos AMISTAD.
Por eso doquiera que vayas, yo estaré en tu corazón.
Riendo y celebrando tus victorias y llorando y consolándote en tus tristezas o derrotas. Por eso en ocasiones aunque mi cuerpo no esté allí, sentirás e imaginarás mi voz hablándote, pues nos conocemos muy bien. Tú también vas conmigo a todas partes, tus recuerdos me acompañan aún cuando la noche es solitaria. En mis memorias hay alegría y sonrío al pensar en lo que dirías y como me confortarías.
Nuestra amistad es de Dios, tiene principio, pero no tiene final.

¡Gracias por traer a mi vida una nueva alegría!

EL PROBLEMA ESTÁ ADENTRO





Toda la semana estuve oliendo un olor muy raro alrededor de mi casa. Días buscando de dónde provenía ese desagradable olor ha podrido y no lo encontraba. Me concentré en buscar alrededor y fuera de la casa, pasaron varios días y ese terrible hedor aumentaba. Determinada a encontrar de una vez y por todas cuál era la fuente de este olor que se intensificaba me levanté muy temprano ayer domingo.

Esta vez no tuve que buscar mucho, ¡finalmente la encontré! Un gato se había muerto en la marquesina de mi casa y como la guagua estaba estacionada no lo había logrado ver por más que había buscado. Ese gato estaba descompuesto y hediondo. Hubo que votarlo muy lejos y desinfectar muy bien el piso.
Mientras todo esto sucedía yo meditaba y pensaba que así nos sucede en la vida. Buscamos por afuera, por alrededor y por muchas partes, pero se nos olvida buscar dentro de nosotros mismos. Ahí originalmente es donde surgen las raíces del problema. Es en el corazón, en el interior de donde surgen nuestros pensamientos. Es ahí de donde salen las iras y los problemas que nos perturban. De allí es donde se canalizan o se descontrolan nuestras emociones. La baja autoestima, los problemas afectivos y tantas cosas más hay que encontrarlos dentro de nosotros mismos.
Y hay que diagnosticar a tiempo cuando vemos algo malo para que no se nos pudra el corazón ni se nos envenene el alma. No podemos permitir que nuestras vidas sean contaminadas con la putrefacción de cosas malas y negativas. Cuando examinamos nuestras sendas, escudriñamos qué es lo qué estamos almacenando dentro de nosotros y que es lo qué estamos proyectando por fuera a los demás, seremos mucho mejores.
Pero sigo insistiendo en que cuando se tiene a Cristo muy dentro del corazón, él nos ayuda a querer ser mejores cada día que pasa. Y no por el simple hecho de querer complacer a los demás, sino más bien porque es bueno querer cada día crecer y ser más excelentes y mejores personas. Busca en tu interior y detecta si algún germen, alguna bacteria o un nacido de un mal sentimiento están corrompiendo y causando daño y depresión dentro de ti.

Estás a tiempo de encontrarlo y exterminarlo.

En la unión está la fuerza







En la vida hay proyectos, metas y objetivos que se logran alcanzar de manera independiente, es decir solo con la ayuda de nosotros mismos. Y si bien esto es cierto, no es menos cierto que para poder realizar grandes hazañas a veces se necesita de la ayuda de otras personas. Porque cuando muchas personas se unen con un fin determinado, pueden lograr mucho.
Grandes causas que se han logrado concretar deben su éxito no a una sola persona, sino a muchas personas que entendieron que se necesitaban las unas a las otras para lograr éxito. Es tan importante la unidad que las mismas organizaciones y empresas se han dado cuenta lo importante de fomentar el trabajo en equipo. Eso hace que impulsen las actividades en grupo y que inviertan recursos humanos y económicos inculcándoles a sus trabajadores la importancia de mantenerse unidos para lograr alcanzar la misión y sus objetivos.
¿Andarán dos juntos si no estuviesen de acuerdo? Definitivamente no se logrará mucho cuando las personas andan en desacuerdo. Es lógico que todos pensemos de maneras diferentes, pero tenemos que encontrar esas cosas que nos concilian y nos hacen trabajar para alcanzar un mismo fin.
Esto me lleva también a formularme y formularte unas preguntas: ¿a quién te has unido para lograr el fin que deseas? ¿Acaso estás con las personas correctas? ¿Esas personas te acercan a tu ideal o te separan de lograr tu sueño? Porque si no estás con las personas correctas, ellas solo te debilitaran, te alejaran de esos proyectos que anhelas concretar.
Pero más aún, te invito a reflexionar sobre un factor demasiado importante, ¿está Dios adherido a tu vida? ¿Cuentas con su ayuda? ¿Él forma parte de tu agenda y de tus sueños? ¿Le has pedido su ayuda y lo has dejado penetrar e intervenir para que no luches por tus sueños solo? ¿Sabes por qué te pregunto esto? Porque si cuentas con la ayuda de Dios, entonces tienes mucho terreno adelantado y ganado. Su unión contigo hará la diferencia, te dará fuerzas para continuar aún en momentos difíciles. Si tienes un vínculo estrecho con él, lograrás ver su mano haciendo maravillas en tu vida y en la de las personas que te rodean. Él multiplicará tus fuerzas aún cuando te sientas cansado.

Con Dios en tu equipo de seguro obtendrás grandes victorias, su unión contigo te dará más fortaleza.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

¡Mujer amate, respétate, valórate!





Él te prometió que nunca más lo haría.
Te dijo que te amaba tanto que eras solo de su propiedad y que no soportaría jamás verte con alguien más.
Hubo un momento en que se sintió tan dueño de ti que comenzó a prohibirte y poco a poco te dijo lo que tenías que hablar, cómo tenías que vestir, quiénes serían tus amigos y a cuáles deberías descartar de esa lista. Cada vez que te golpeó o te dijo una palabra que te hirió, dijo que no lo volvería a hacer, sin embargo cada vez que se enoja o sin tener ninguna razón, te maltrata físicamente o verbalmente.

Te trae flores, te lleva a cenar, te compra un regalo intentando minimizar lo que te hizo, pero tú sabes que en la próxima ocasión será peor. Te hace sentir culpable y muy miserable, dice que tú lo provocaste a ira porque hiciste algo mal. Cuando intentas huir o salir de esa situación, comienzas a sentirte culpable y comienzas a pensar qué será de ti sin dinero y sin hogar. Piensas, ¿qué será de tus hijos sin su padre? Pero dime, ¿para qué tus hijos quieren un padre que te martiriza a ti y a la vez los hiere y humilla a ellos? ¿Por qué ellos también tienen que soportar ese maltrato?
Le soportas todas sus infidelidades, te haces la que no te das cuenta. O cuando le reclamas recibes más maltrato. Y aunque los golpes te duelen lo más lastimado que tienes es tu corazón. Pero dime, ¿no has pensado en las enfermedades venéreas a las que te está exponiendo¡ ¿Y qué si te infecta con el virus del sida? ¡Dime! ¿Quién cuidará de ti y de tus hijos? ¿Piensas que el amor es así? ¿Piensas que debes permanecer ahí y en esa condición toda tu vida?
Yo te digo que no, no lo permitas, no lo aceptes, cambia tu situación. Dentro de ti hay un potencial capaz de superar cualquier obstáculo. Sé que uno no quisiera la separación o el divorció, pero si ves que llevas mucho tiempo en esa situación y él no quiere aceptar ayuda y tu vida se ha convertido en un infierno, debes actuar. No esperes a que un mal golpe te deje muy herida y enferma. No esperes a que lleven flores a tu funeral. No dejes que te mate lentamente. Tú tienes dignidad, eres demasiado valiosa. Dios te diseño para que pudieras ser feliz, no para que te traten como a una escoria. Deja el temor y sal ya de ese lugar. ¡Exige tus derechos, no te dejes intimidar!
Busca ayuda profesional o de cualquier índole si es necesario, pero ya no soportes más ese maltrato.
Hoy mi voz se levanta como trompeta. Debo anunciar, no puedo callar. Porque mi corazón gime cada vez que escucha una noticia de que un marido muerto de celos, bajo un coraje o con cualquier pretexto, mata a su esposa, mata a sus hijos y luego se mata él. Yo quisiera que hubiera paz. Que todos los matrimonios fueran felices, pero lamentablemente, en muchos hogares no sucede así.

¡Mujer amate, respétate, valórate! ¡Tú puedes con la ayuda de Dios y de la gente que te quiere, tú lograrás salir adelante!

Yo...cambié








La situación no ha cambiado, pero cambié yo.
Decidí que esto que ahora estoy viviendo, no me matará, sino que me hará más fuerte.

Alguna gente sigue siendo igual de mala, no aprenden de sus errores, ni les interesa corregir su presente. Pero he resuelto mantenerme firme y no permitir que la maldad se apoderé de mí. No actuaré impulsada por cómo actúen los demás, sino de acuerdo a mi conciencia y convicciones.
Mi rostro tal vez, se vea igual, pero lo que yo siento dentro de mí es muy diferente. Me da fuerzas y me alienta, siento que puedo sonreír y sin importar las situaciones soy yo misma.
Aún sin alas estoy volando y en medio de mi desierto veo un manantial.
Aunque hay piedras en el camino, si tropiezo con una de ellas, trato de aprender y volverme a levantar.
Hay voces que intentan hacerme detener, pero no escucho, ni presto atención porque voy enfocada hacia la meta. Al frente me esperan aquellos que procuran siempre ver lo mejor de mí, que me estimulan a buscar lo óptimo y que me aman tal cual soy. Pero sobre todo escucho la voz de quien más me ama, él que me ha dado la vida y desea llevarme siempre hacia metas más altas y mejores, quién si no mi Dios y Salvador.

No temeré, seguiré adelante. De Dios proviene mi fuerza, de él siempre viene mi ayuda. Y aunque algunas cosas no cambien, trataré de no estresarme, ¡cambiaré por mi bien YO! Creceré y ensancharé mi territorio porque tengo fe, creo en mi futuro y trabajaré por mi presente.

Tú no estás sola.


Tú no estás sola.
Te puede faltar tu esposo, amigos, hijos y aún familiares.
Pero aunque sientas que todos te han abandonado, recuerda que Dios nunca te ha dejado. Él no te desampara porque es quien te está dando las fuerzas para que puedas continuar. Él te acompaña en las noches cuando desolada lloras queriendo morir o desaparecer.
Cuando perdida miras tu imagen frente al espejo y te sientes perdida y sin identidad. Cuando te cuestionas muerta de miedo, qué será de ti y aún de tus hijos porque ves el futuro incierto. Dios está cuando parece que no habrá mañana.
Es tu presente y te da esperanzas de un buen futuro cuando el pasado quiere empañar el ahora.
Jehová te extiende los brazos cuando has caído profundamente en el pozo de la desesperación o cuando te han dejado rotas las ilusiones y en añicos la esperanza.
Él quiere ser tu reposo un refugio para tu corazón cansado y cargado.
No te limites ni te encierres en el abismo profundo de la soledad y la depresión, porque Dios quiere darte vida, una vida abundante y fresca. Si vas a la Biblia encontrarás documentado en ella, que a la viuda y huérfana sustentó. Que a Ester valor le dio y a Rut cuando enviudó, al tiempo nuevo esposo le dio. Deborah conquisto la batalla porque Dios iba peleando al frente de ella. Si a ellas mi Cristo socorrió a ti también te ayudará. No lo dudes, solo confía. Cierra tus ojos, amárrate fuerte de sus promesas y sigue caminando aunque ahora no veas nada. El camino se hace caminando.

¡No te intimides, pon manos a la obra! Al final del sendero te aguarda el premio que esperan los que a Dios se inclinan y siguen luchando.

Que Dios conceda lo que has pedido





La historia de Ana y Elcaná es una de esas historias de amor realmente demostrado y respaldado con Dios a través de un milagro.

La Biblia cuenta: “Elcaná tenía dos esposas: Peniná y Ana. Peniná tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno” 1 Samuel 1:2 (Traducción en lenguaje actual). Para el tiempo antiguo ser estéril era como deshonra por eso era muy duro para una mujer no poder dar hijos a su esposo. Sin embargo Elcaná amaba de una manera especial a Ana.
La Biblia dice que: “Cuando Elcaná presentaba un animal como ofrenda, les daba una parte de la carne a Peniná y a sus hijos. Pero a Ana le daba la mejor parte porque la amaba mucho, a pesar de que Dios no le permitía tener hijos” 1 Samuel 1:4-5 (Traducción en lenguaje actual). El amor de esposo de Elcaná era demostrado, y es que el verdadero amor va más allá de las lindas palabras o buenas intenciones, el verdadero amor se traduce en acciones, en comprensión, en tolerancia, en respaldo, en compañía en los momentos más difíciles.
Peniná la otra esposa de Elcaná molestaba y se burlaba de Ana por no poderle dar hijos a su esposo, eso hacía que Ana se sintiera triste a tal punto que lloraba mucho y provocaba que hasta ni quisiera comer. Cada año que iban al santuario a ofrecer sacrificio Peniná trataba así de mal a Ana entonces en una ocasión de esas Elcaná le dice lo siguiente a Ana: “En una de esas visitas, Elcaná le preguntó a Ana: «¿Por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué te afliges? Para ti, es mejor tenerme a mí que tener muchos hijos»” 1 Samuel 1:8 (Traducción en lenguaje actual).
Realmente Ana se sentía triste, anhelaba un milagro de Dios, una respuesta que hiciera terminar todo ese episodio triste que por años había soportado: “Ana dejó de comer, se levantó y se fue a orar al santuario. El sacerdote Elí estaba allí, sentado junto a la puerta. Ana estaba tan triste que no dejaba de llorar. Por eso oró a Dios y le hizo esta promesa: «Dios todopoderoso, yo soy tu humilde servidora. Mira lo triste que estoy. Date cuenta de lo mucho que sufro; no te olvides de mí. Si me das un hijo, yo te lo entregaré para que te sirva sólo a ti todos los días de su vida. Como prueba de que te pertenece, nunca se cortará el cabello»” 1 Samuel 1:9-11 (Traducción en lenguaje actual).
La tristeza de Ana y su anhelo de que Dios la escuchara la llevo a hacer una de las oraciones más sinceras y con una promesa especial delante de Dios. Y es que cuando somos sinceros con Dios, cuando realmente disponemos nuestro corazón para encontrarnos con Él y expresar sinceramente lo que sentimos y lo que anhelamos, Dios nunca se quedara callado, Dios ha de responder.
La Biblia dice que Ana oraba a Dios en Silencio: “Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.” 1 Samuel 1:12-13 (Reina-Valera 1960). Este pasaje nos muestra que muchas veces no es necesario gritar o hacer tanto ruido o escándalo para que Dios pueda escuchar nuestra oración. La Biblia dice que Ana hablaba con Dios en su corazón, ¡Que importante es tener a un Dios que examina nuestro corazón!, que lindo es saber que Dios sabe la necesidad que tenemos sin que se lo gritemos, y es que tenemos que saber que Dios no está sordo y escucha mas allá de nuestras lindas palabras, nuestro corazón necesitado.
A veces creemos que entre más gritemos, que entre más fuerte alcemos nuestra voz para orar a Dios, mas rápido o mejor nos escuchara, pero la realidad es que Dios responde no en base a que tan fuerte le pidamos, ni en base a que lindas palabras le expresemos, sino en base a la necesidad que hay en nuestro corazón y la fe que tengamos en que Él cumplirá.
El sacerdote Elí pensó que Ana esta ebria y trato de reprenderla, sin embargo Ana le responde: “Pero Ana le respondió: —Señor mío, no crea usted que estoy borracha. No he bebido vino ni cerveza. Estoy muy triste, y por eso estoy aquí suplicándole a Dios que me responda” 1 Samuel 1:15-16 (Traducción en Lenguaje Actual).
Frente a la aclaración de Ana, Elí el sacerdote comprendió la necesidad que había en esa mujer de una respuesta de Dios y le dijo lo siguiente: “Entonces Elí le contestó: —Vete tranquila, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido.” 1 Samuel 1:17 (Traducción en Lenguaje Actual).
Ana recibió por fe las palabras que el sacerdote Elí a tal punto que dice la Biblia: “Y Ana le dijo: —¡Usted sí me comprende! Dicho esto, Ana regresó a comer y dejó de estar triste” 1 Samuel 1:18 (Traducción en Lenguaje Actual).
La reacción de Ana frente a las palabras del sacerdote me llama mucho la atención, ya que ella recibió por FE esas palabras y las creyó a tal punto que dejo de estar triste y volvió a comer, en pocas tomo como ciertas esas palabras y se dispuso solo a esperar a que se cumplieran, porque si de algo ella estaba segura era que Dios iba a cumplir.
La Biblia narra lo que entonces sucedió: “Temprano a la mañana siguiente, la familia se levantó y una vez más fue a adorar al Señor. Después regresaron a su casa en Ramá. Ahora bien, cuando Elcana se acostó con Ana, el Señor se acordó de la súplica de ella, y a su debido tiempo dio a luz un hijo a quien le puso por nombre Samuel, porque dijo: «Se lo pedí al Señor»”. 1 Samuel 1:19-20 (Nueva Traducción Viviente).
Hay algo que cada uno de nosotros debemos de saber y es que Dios está presente en nuestras necesidades y cuando nosotros creemos a sus promesas, Él honrara nuestra fe.
A través de la Biblia podemos ver muchos casos de hombres y mujeres que creyeron en Dios, que no dudaron y que confiaron en que Dios cumpliría, cada uno de ellos recibió lo que creyó, porque Dios honra la fe de los que le creen.
Quizá en este momento estés enfrentando una tristeza debido al mal momento que puedas estar pasando, pueda que en tu corazón hay un anhelo muy fuerte de que Dios conteste tu petición, quizá has llorado mucho, quizá la has pasado mal, pero hoy quiero invitarte a creer en lo que Dios quiere y puede hacer en tu vida.
No importa qué situación te este robando la paz o la sonrisa de tu rostro, lo que si realmente importa es la confianza y la fe que puedas demostrar para recibir lo que tanto esperas.
El sacerdote Eli le dijo a Ana: “Vete tranquila, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido”. Hoy quiero orar con convicción, creyendo en que Dios se acordara de ti y obrara en tu vida y en la situación que puedas estar viviendo. Por favor, cree en lo que Dios va a hacer y recibe esta palabra:

“Dios mío, te doy gracias por tus bondades y tus misericordias, te doy toda la Gloria, la Honra y la Alabanza por todo lo que has hecho, estás haciendo y harás. Este día quiero pedirte especialmente por todas aquellas personas que están esperando una respuesta tuya, quizá un milagro, Padre inclina tu oído a sus oraciones, examina sus corazones, mira cada necesidad, observa cada corazón triste y necesitado, Dios mío por favor te pedimos en el Nombre de Jesús que puedas contestar esas peticiones, que puedas aumentar la fe de muchos, que puedas hacer de lo que no es algo que sea, hoy te pido con todo mi ser que puedas obrar a favor de todos aquellos que con un corazón sincero están este día delante de ti pidiendo tu favor, Dios mío obra libremente y muévete con tu mano poderosa en medio de tu pueblo. Toca las vidas de cada persona que en este momento cree en lo que tu harás, sana al que esté enfermo, provee al que este en escases, permite concebir y dar a luz a aquellas mujeres que tienen mucho tiempo de estar pidiendo ese milagro, que hoy sea el día de su milagro, que hoy sea el día en el que tú les concederás su petición. Padre mío, yo lo creo, creo en lo que estás haciendo, creo en lo que harás, creo en lo Poderoso que eres para cumplir cada petición, por eso hoy depositamos totalmente nuestra confianza en ti, creyendo que cada persona recibirá su respuesta en base a su fe y en base a tu voluntad, obra de una forma especial este día. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

“Vete tranquila, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido”

viernes, 10 de noviembre de 2017

¡Mujer, Dios te puede ayudar!





Mujer; en algún momento de tu vida has tenido que correr a los pies de Dios y decirle a toda voz y con toda tu alma y tu corazón  ¡Ayúdameeeeeeeeeeeee!
Hay tiempos en la vida en que tenemos que dejar de luchar con nuestras propias fuerzas y buscar la ayuda y el poder de Dios para levantarnos de la oscuridad, del dolor, de la enfermedad, de la tristeza, de la soledad, de la opresión e incluso de la nada, puede que sientas que no existes y no lograr ver porque estás en este mundo.

Dios siempre tiene la respuesta a todas nuestras preguntas, a nuestros sufrimientos, inquietudes, él es nuestro diseñador, nos hizo a su imagen y semejanza por tanto cuando una parte de nosotras falla, se rompe, se altera o es cambiada por el hombre, es necesario que él venga a nosotras y arregle o corrija ese diseño a su diseño original tal cual como él lo hizo, para que haga la función para lo que él la envió a este mundo.

Hubo un tiempo en mi vida en que sentí que no podía ni mirar donde ponía mis pies, es como cuando se va la luz y ponemos la mano en frente de nosotros y por más que abrimos nuestros ojos es imposible verla, porque todo a nuestro alrededor está totalmente oscuro... Para poder ver, fue necesario abrir mi boca para que se encendiera una luz y fue justo en el momento en que dije dentro y fuera de mi; ¡Dios ayúdameeee! ¿Qué hago? ¡Ya no puedo más! ¡Te necesito, ayúdame!.... Con estas palabras reconocía que él era Dios, el del poder, el que todo lo puede, el único que podía encender una luz en mi camino, en mi vida y ayudarme a levantar la cabeza y mostrarme cual era el plan que tenia para mi vida vacía llena de mentiras y para encontrar la paz que tanto necesitaba.
Fíjense que no lo culpe por mi situación, no le pregunte ¿Por qué me trajiste a este mundo a sufrir? o le recalque; Si fuera verdad que existieras, yo sería la mujer más feliz del mundo y nadie tuviera problemas, o quizás le hubiese dicho; "Yo puedo hacerlo sola" 

Mujer; Dios no se fija en lo que está fuera de nosotras, sino en lo que está dentro de nosotras y sabe cuando clamamos a él y le pedimos ayuda con un corazón que reconoce su grandeza, un corazón humilde y tierno, que está dispuesto a dejarse moldear por su mano que está abierto a sus palabras, que sabe que él jamás le abandonaría y que ya está lista para recibir el regalo más hermoso que él nos a dejado ha nosotras y al mundo; a su hijo Jesús por medio del cual recibimos paz, el amor, el gozo y la salvación que nos saca de la oscuridad y nos muestra el camino, corrige nuestros pasos, nos ayuda a salir de nuestros conflictos internos y externos, no importa cuáles sean, no importa de dónde vengas, ni en dónde estás, cuando le dices ¡Dios Ayúdame! Él hace acto de presencia en tu vida, como lo hizo en la mía y cosas inexplicables empiezan a suceder... Hoy su luz te está alumbrando...

Mujer; no tengas temor, Confía en Dios y recibe a Jesús en tu corazón, él puede y quiere ayudarte a vivir una vida con propósito, los problemas siempre van a llegar son parte de la vida, es justo allí cuando vas a aprender a decir; "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Filipenses 4:13

La palabra de Dios dice "Clama a mí, y yo te responderé y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" Jeremías 33:3

ERES LIBRE


Mateo 8:17 "Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias"
Los evangelios de San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan dejan testimonio escrito de como Jesús sanaba a los enfermos, todas las enfermedades y dolencias las podía sanar y todo pecado lo podía perdonar, porque había poder en él, tiene autoridad para perdonar pecados y sanar enfermos, su ministerio se destaca en el amor y la compasión por los perdidos, abandonados, marginados, desamparados, olvidados por la sociedad, por los que ya no tenían esperanza, aquellos a los que el mundo desechaban venían a él aún sin conocerlo para pedir misericordia y ser sanados, algo los atraía a ese hombre llamado Jesús, su fama de que sanaba a los enfermos se regaba por todos los pueblos y aldeas, milagros salían de él, su palabra era obedecida por el mundo natural, por los demonios, por los hombres, por los ángeles. Jesús siempre quería libertar de toda opresión al que a él venía. 
El corazón de muchos hombres se humilló ante él, doblaban rodillas ante aquel hombre que unos seguían y amaban, otros odiaban y deseaban matarle. Nunca nada pudo, puede, ni podrá detener al Hijo del Dios viviente nuestro Señor y Salvador quien hoy te dice: ¡Quiero sé libre, sé sano de toda enfermedad!
Mateo 8:7 "Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré"
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Si ayer quiso, hoy aun quiere y puede sanarte, porque su poder y autoridad están vigentes sobre los cielos, la tierra y debajo de ella, si pones tu confianza en el sanador, medico, libertador, restaurador de la mente, del cuerpo y de las almas; Jesús hoy te dice Mujer eres sana, Hombre eres sano, niño quedas sano de todo mal y enfermedad. Porque toda enfermedad, maldición, pecado, dolencia y falta de paz fue llevada y quedó crucificada en la Cruz del Calvario, para que nosotros hoy podamos venir y entrar ante la presencia del Dios Altísimo y decir: ¡Abba Padre! En nombre de tu Hijo amado, el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de Jesús. hoy quedo san@ y completamente libre de toda enfermedad. Jesucristo vino a buscar al perdido, su poder sanador no ha caducado, a cada segundo él esta listo para proveerte un milagro. Jesús no es historia, es parte importante del pasado, hoy está completamente presente y debe ser nuestro futuro eterno y seguro. Nada puede limitarlo, porque nada hay imposible para él y la naturaleza se somete a su palabra y a su perfecta voluntad, 
El Jesucristo Salvador, sanador y milagroso hoy te dice; "Para el que cree todo es posible". Así que cree en tu milagro con fe y ven a los brazos de Jesús a pedirlo... Si, él cada día quiere sanarte y bendecir tu vida.
Juan 11:4 "Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios  sea glorificado por ella"
Oremos: Padre Celestial hoy venimos ante tu presencia dándote las gracias por tu infinito amor y por tu gran misericordia, deseamos ponernos a cuentas contigo y rendirnos ante ti, por medio de tu Hijo Jesús declarándolo mi Salvador y libertador, mi Rey en quien confió y pidiéndote perdón por todos mis pecados. 
Señor hoy vengo con un corazón humillado ante ti, pidiéndote sanidad para mi alma, mi mente y para mi cuerpo. Hoy deseo ser libertad@ de toda cadena y yugo de maldad en nombre de Cristo Jesús. Deseo con todo mi corazón perdonar a todos aquellos que me han ofendió y que me han hecho daño, rechazo toda enfermedad en mi cuerpo por tener falta de perdón, rechazo toda enfermedad que me haya brotado del rencor, te ruego que me limpies y me des paz Señor, para levantarme y poder seguir adelante, dejando el pasado y la enfermedad atrás.
Señor Jesús te ruego que me libres de todo dolor en mi corazón que me allá causado esta enfermedad y como aquel paralitico a quien le fueron perdonados sus pecados, hoy yo pueda levantarme y vivir.
Señor te ruego que sanes mi mente, mi alma y mi espíritu para que toda enfermedad reflejada en mi cuerpo sea quitada. 
Rechazo toda maldición de enfermedad, brujería y me declaro sana en el nombre de Jesús. Creo que por tu amor tu me sanas y quitas la opresión y el dolor de mi cuerpo para darme tu luz admirable, tu paz, reposo, regocijo, descanso, libertad, nuevas fuerzas, ganas de vivir, nuevas oportunidades, nuevos sueños, un propósito y el deseo de seguirte y dar testimonio de la sanidad que hoy tú me regalas.
Señor deseo darte las gracias por darme sanidad personal y completa que hoy recibo, tus milagros se desatan en mi cuerpo, en mi vida, en mi familia, en mi nación y seré testigo, de que tu Señor Jesús eres el mismo ayer, hoy y por los siglos y que por tu infinito y perfecto amor, la sanidad divina a llegado a mi vida y todo funciona perfecto como tu lo has creado... 
En el nombre poderoso de Cristo Jesús Amén!!! 
Lucas 13:12 "Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad"
¡Hoy Recibo sanidad en mi alma, en mi mente y en mi cuerpo en el nombre de Jesús!
 
 

lunes, 6 de noviembre de 2017

Sacerdote en el trabajo




Si quieres saber cuál fue el plan original de Dios para cada uno de nosotros mira a Adán: “Y creó Dios al hombre a su imagen… Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad… sobre la tierra»” (Génesis 1:27-28). Fuimos creados para ser productivos, para multiplicarnos y para gobernar. Y toda profesión conocida abarca esas tres funciones. Un sacerdote es alguien que representa a Dios en nombre de otros y a otros en nombre de Dios. Y ésa es la descripción original de todos nosotros. Fuimos hechos a la imagen de Dios para seguir Su obra, que consiste en hacer florecer la tierra para que la tierra alabe a Dios.
Toda obra humana fue concebida por Dios para ser una obra sacerdotal. No solamente los clérigos o los misioneros han sido llamados por Dios, ni tampoco son necesariamente los que más le agradan, o los más importantes para Él. El erudito bíblico N.T. Wright nos describe una imagen muy bonita de este concepto. Él imagina a los humanos como espejos colocados en un ángulo de 45° entre el cielo y la tierra. Fuimos creados para reflejar el cuidado y el dominio de Dios en la tierra y reflejar de vuelta la alabanza y la gratitud de la creación a Dios. Eso lo que hacemos cuando trabajamos. Tienes un llamado. Tienes dones. Eres sacerdote. Y eso no está relacionado sólo con tu colaboración en la iglesia. Tu esfera laboral es el lugar por excelencia donde vives tu llamado. Cuando empiezas a verte a com o “ordenado por Dios” para hacer el trabajo que haces, eso te hará sonreír, te dará energía y añadirá dignidad a tu labor.

“VOSOTROS SOIS… REAL SACERDOCIO…” (1 Pedro 2:9)

En su libro Hábitos del Corazón, el sociólogo Robert N. Bellah describe tres actitudes que la gente tiene hacia su trabajo. Hay un grupo de personas para quienes el trabajo no es más que eso, un empleo, una forma de hacer dinero y pagar las facturas. Como decía la adhesivo de un automóvil “Debo mucho dinero así que tengo que ir a trabajar”. Pero si lo único que importa es lo que puedes sacar de tu trabajo, acabarás amargándote. El segundo grupo ve su trabajo como una carrera. En este caso la motivación va a ser mayor, pero se hará hincapié nada más en progresar y tener prestigio. Significa, entonces, que si tu carrera no va bien, puedes pensar que tu valía está en entredicho. El tercer grupo ve su trabajo como un llamamiento.

Ahora bien, por lógica, si hay un llamado significa que alguien llama ¿no? Ese alguien es Dios. Tú no eres el que llama, si no el que es llamado, y cualquier trabajo que repercuta para bien y que sea de bendición para otros y cumpla los propósitos de Dios es un llamamiento. Es posible que un médico o un clérigo vean su trabajo como un mero empleo, un medio de ganar un buen sueldo. Y es posible también que un barrendero considere su labor -hacer del mundo un lugar más limpio- como un llamamiento. No le estamos quitando importancia a quienes están en los púlpitos y predican; estamos dándoles mayor relevancia a los que sirven a Dios 40 horas a la semana en otros muchos campos laborales. La clave es ésta: si el trabajo se hace bien, ambos grupos oirán el elogio del Señor: “…¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!…” (Mateo 25:23 NVI).

“ES DIOS QUIEN LO INSTRUYE Y LE ENSEÑA CÓMO HACERLO” (Isaías 28:26 NVI)

Todos los agraciados de la lotería suelen hacer el mismo comentario cuando les toca: ‘Ganar todo ese dinero no me va a cambiar la vida’. Pero raramente es así. Seis meses más tarde ya han dejado su trabajo y comprado una casa nueva. Una encuesta entre este grupo de personas confirmó dos cosas:


1) La mayoría de ellos era más infeliz después del premio que antes.

¿Por qué? Por la desilusión y el resentimiento con algunos familiares y amigos, a causa de las demandas de éstos y sus expectativas no cumplidas.

2) Ninguno de ellos podría vivir ya sin el dinero ganado.

Cuando has tenido mucho dinero, sueles sentirte muy desgraciado con menos. No obstante, tener más dinero no significa que valgas más.
Escribió Isaías: “Cuando un agricultor ara para sembrar ¿lo hace sin descanso? ¿No siembra trigo en hileras…? Es Dios quien lo instruye y le enseña cómo hacerlo… esto viene del Señor Todopoderoso…” (Isaías 28:24-29 NVI). Significa eso que ya seas agricultor o bombero, ¡Dios te dio ese trabajo! Ése es tu llamado y su propósito no se limita a brindarte seguridad financiera. Fue concebido para darte dignidad y valía, y para cumplir los objetivos de Dios en la tierra. El teólogo Miroslav Volf escribe: “Todo trabajo humano, ya sea sencillo o complicado, es posible gracias a la intervención del Espíritu de Dios en la persona que trabaja; y toda tarea cuyo resultado y naturaleza refleje los valores de la nueva creación se cumple bajo las instrucciones y la inspiración del Espíritu de Dios”. Entonces, “Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor…” (Colosenses 3:23).

¿Cómo aprender a vivir como Jesús?




“APRENDED DE MÍ”.Y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS.(Mateo 11:29)

Notemos que a diferencia de nosotros, Jesús no sufrió de miedo al fracaso. Es porque nunca le pasó por la mente el no poder hacer algo que su Padre ya le había asegurado que podría hacer. Y tampoco sufrió de miedo a la escasez. Aunque vivió una vida sencilla, fue responsable de su propio mantenimiento y del de un grupo de personas. ¿Cómo lo hizo? Oraba mucho y se mantenía en sintonía con su Padre Celestial. Por consiguiente, sabía cómo pescar cuando los peces no picaban o encontrar el dinero de los impuestos en la boca de un pez cuando lo necesitó (¡sí, Jesús pagó sus impuestos!). Tal vez Dios no te provea de la misma forma, pero ha prometido cuidar de ti (1 Pedro 5:7). Jesús te está diciendo hoy: “Venid a mí” aprended de mí “y hallaréis descanso para vuestras almas [las emociones y la mente]”. (Mateo 11:29).

 El estrés nos llega por nuestra necesidad de saber todo de antemano, de estar en control. Aun después de orar y supuestamente entregar la situación al Señor, nos creamos un “plan de emergencia”, en caso de que Él no maneje las cosas como pensamos que debería hacerlo. ¿Tú haces eso? No pones el dinero en el banco y luego te pasas la noche en vela preocupándote por ello, ¿verdad?. Pues al menos ten la misma confianza en Dios. Cada vez que entras en un torbellino de interrogantes sobre el qué, el cuándo, el cómo, el dónde, entrégaselo a Dios. No a ese Dios pequeño de tu entendimiento, sino al gran Dios cuyos hechos hablan por sí mismos, cuya fidelidad nunca falla y quien se ha ganado el derecho de preguntarte: “Hay alguna cosa difícil para [mí]” (Génesis 18:14). En otras palabras, ¡aprende a vivir como Jesús!

El Dominio del Reino de Dios

Daniel 7   “El reino del Altísimo permanecerá para siempre y todos los gobernantes le servirán y obedecerán.”  Daniel 7:27b Me ...